La sonrisa con la que Máximo González Jurado y Víctor Aznar salieron de la reunión de la Comisión de Seguimiento del Pacto Enfermero ha delatado la satisfacción de los jefes de la Enfermería española, que han dado su visto bueno al texto definitivo del real decreto de prescripción enfermera que saldrá publicado en el BOE. Ha costado lo suyo, pero los sudores de una carrera se esfuman cuando los corredores suben al podio tras un trabajo bien hecho.
Con la interlocución de Carlos Moreno y Agustín Rivero, el departamento de Alfonso Alonso se apunta un nuevo tanto y aunque hay quienes intentarán obviarlo, se trata de un hecho que habla por sí solo al apoyar a una profesión esencial para el Sistema Nacional de Salud. La prescripción se suma a otros logros del equipo capitaneado por el vitoriano, como el plan de la hepatitis C o la vacuna de la varicela.
Cierto es que aún hay muchos asuntos relevantes en el tintero para las enfermeras, pero colocar, por fin, la prescripción en la recta de salida ha de interpretarse como un paso clave del Ministerio del Paseo del Prado por respaldar la labor de los profesionales y armonizar unas desiguales normativas autonómicas cuyas fronteras físicas se quedan pequeñas ante las lagunas legislativas.
Porque no es justo que una enfermera andaluza pueda prescribir y otra, igual de capacitada pero que ejerce en otra región, se la juegue cuando da una pastilla que se compra libremente en la farmacia a un paciente que lo necesita. Si hay quien cree que otorgar un amparo a nivel nacional a esto no merece la pena o es una cuestión baladí, debería hacérselo mirar.
Por si acaso, una mirada rápida a la hemeroteca sirve para poner las cosas en su sitio. Hace menos de un año, la ruptura del Pacto con la Enfermería estaba pendiente de un hilo: ‘Enfermería y Sanidad rebajan la tensión para evitar romper el pacto’ (24-09-14) o ‘Enfermería, decidida a romper el pacto’ (25-11-14) son algunos de los titulares de Redacción Médica que ejemplifican cómo no hace tanto González Jurado y Aznar salían del Ministerio de Sanidad sin caras de amigos tras verse con el anterior equipo de Ana Mato. Es decir, que ni uno ni otro hubiesen salido contentos de la última Comisión de Seguimiento sin avances concretos, reales y positivos, tanto para los profesionales como para los ciudadanos.
Está claro que las tornas han cambiado: los máximos responsables del Consejo General de Enfermería y de Satse no es que confíen más o menos, sino que ven resultados de la estrategia del ministro Alonso con la profesión. Eso sí, tanto González Jurado como Aznar aseguran que no se van a quedar quietos si se olvidan o relegan en el tiempo los otros puntos pendientes del pacto, que no son pocos ni precisamente nimios, y en el Ministerio son conscientes de ello. También es verdad que habrá que ver cómo se desarrollan y ejecutan, finalmente, los detalles que encierra el texto del real decreto de la prescripción enfermera. Pero he aquí que el articulado ya tiene vida propia y que está previsto que en dos semanas como máximo la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, hablará (quizá con Alfonso Alonso al lado) de prescripción enfermera en la tradicional rueda de prensa tras el cónclave semanal del Ejecutivo de Rajoy.
Ahora bien, el éxito de Alonso con Enfermería se contrapone, en estos momentos, con la delicada situación que mantiene Sanidad con los médicos, cuyo foro profesional ha amenazado estos días con romper los acuerdos de Moncloa ante una sensación de “malestar” y “decepción” con el Ministerio. Comparando esta desazón médica con el optimismo enfermero, la pregunta está sobre la mesa: ¿el ministro logrará enderezar el rumbo con el Foro de la Profesión Médica? Hay quienes responden que sí al confiar en la capacidad y diligencia demostrada por Alonso en los pocos meses que lleva de ministro, aunque el gran problema no se llama voluntad, sino calendario. Esta cuenta atrás para las elecciones generales es, igualmente, enemiga para las otras demandas enfermeras, pero el ‘ok’ a la prescripción pone una gran primera piedra.
Hitos profesionales del pasado son hoy tan comunes que pasan casi desapercibidos por la cotidianidad del quehacer diario. Habrá que ver cuánto tiempo pasa para que la prescripción enfermera se convierta en noticia no ya porque viene, sino porque funciona.